Virgo, símbolo de la castidad como virtud y de la pureza como emblema. Pero, ¿cuánto de verdad hay en esta definición?, ¿es realmente así como es la persona de signo Virgo? Esa pureza de la que tanto se habla está, en realidad, en su franqueza, en la lealtad que se debe a sí misma, en su lucha por equilibrar el volumen de sus necesidades y deseos, en su intención por no permitir que las trabas del convencionalismo entorpezcan los llanos del camino en el que tan férreamente cree. Y, sin embargo, capás de sonrosarse en un lago de timidez.
La verdad acerca de Virgo
El modo de actuar de Virgo saldrá a la luz tras estar con ellos durante el tiempo suficiente. Los verás trabajando arduamente, imbuidos en el control de los numerosos detalles que demandan sus quehaceres, como si para ello hubieran sido creados. Sin proferir un lamento, un desliz autocompasivo o un jadeo de flaqueza; perseverando ininterrumpidamente en sus tareas, como si bebiera energías de algún contenedor invisible a través de un tubo comunicante.
Diestros en moverse con rapidez de un lado a otro, para estar siempre presentes donde hay que. Ideales para manejar al detalle los entramados hilos de un oficio, muy requeridos para asumir un puesto allí donde lidia con muchísima información. Capaces de empuñar un arma y blandirla sin vacilación cuando saben que una batalla es inevitable y necesaria. A diferencia de un Escorpio, fuerte en insensible por fuera y emotivo por dentro, un Virgo es el mismo tanto externa como internamente. Cuando tiene la convicción de que ha encontrado un objetivo puro y verdadero, no se deja intimidar por las normas sociales o los valores morales regentes.
El amor: un proceso largo que tiene su recompensa
Cuando luego de un largo proceso, que a veces resulta desalentador para quien intenta ganarse el corazón de un Virgo, descubre el amor, se entrega en cuerpo y alma, quemando hasta las últimas reservas de su despensa energética. Le toma mucho tiempo a Virgo alcanzar este estado, suelen aguardar pacientemente, sin prisas ni actuaciones impulsivas. Como todos los seres humanos, Virgo tiene un defecto por el que muchas veces es criticado con exceso. Es un perfeccionista sin remedio, siempre estará inconforme con las cosas puesto que nunca terminará de pulirlas; y de veras lo intenta, percatándose una y otra vez que todo marche conforme a los planes previos.
Pero la perfección es más un concepto ideal que no tiene posibilidades de concretarse. No bastándole con ser exigente consigo mismo, lo es también con el resto de personas, granjeándose en el proceso una oscura reputación. Aunque aquellos que sepan ver en Virgo a un ser que predica con el ejemplo les parecerá que no es tan malo eso de luchar sin contenciones por aquello que se pretende velando por que todo salga bien. Lo curioso es que, a pesar de que muchos terminen diciendo que Virgo exige algo que ni él mismo puede lograr, verán cómo, tras alcanzar un límite, él continúa avanzando, más allá, hacia el terreno de lo imposible.