Leyendas y mitos que dan origen al signo de Géminis

Cada signo del zodiaco tiene una historia que nos explica su origen y cómo seres mitológicos surgen entre narraciones fantásticas e increíbles, para dar una explicación a cada constelación. Es fascinante como, cada una de estas leyendas nos muestran las principales características de los nativos de cada uno de ellos. En este caso, exploramos la naturaleza dual de Géminis y cómo surge la figura de los jóvenes gemelos. Los griegos tienen las hazañas más valerosas y una riqueza tradicional invaluable que se refleja en la cultura que hoy aún conservan y en los impresionantes vestigios de una civilización interminable que resurge de sus cenizas una y otra vez.

Los mellizos Cástor y Pólux

Cuenta esta historia que estos eran hermanos de parte de madre, pero de diferente padre. La reina Leda de Esparta engendró a un par de gemelos, una niña y un varón, hijos del Rey. El mismo día que fue fecundada por su esposo, fue visitada en su lecho y seducida por Zeus, transformado en un hermoso Cisne. De esa unión entre Dios y la reina mortal, se engendraron otros dos mellizos, una niña y un varón. Por este extraño hecho, Pólux era inmortal y Cástor solo tenía las capacidades de cualquier humano.

Ambos nacieron de un huevo y eran exactamente iguales físicamente. La hermana de ambos era Helena de Troya. Ambos hermanos se volvieron amigos y compañeros de aventuras. Pólux, como inmortal e hijo de dioses tenía una actitud suave y sublime ante la vida, era valiente y sabio. Por otro lado, Cástor resaltaba por su fuerza y su instinto natural. En una de sus hazañas juntos, Cástor murió. Luego de vengar su muerte, por la lanza de Idas, Pólux pidió a su padre que le permitiera estar por siempre con su hermano. Así, Zeus los colocó juntos en la constelación de Géminis.

El misterio de la Dualidad

La fascinación por la conexión entre gemelos o mellizos explica la presencia de la dualidad en la mitología. Las dos caras de la moneda, el Gin y el Jan, el día y la noche, todos internamente tenemos esas dos fuerzas en constante lucha. En el caso de los nativos del signo Géminis esta doble fuerza es más evidente. Las personas que son de este signo son cambiantes y les cuesta tomar decisiones. Tienen también un carisma único y un gran don para tratar a los demás. Grandes comunicadores y con habilidades sociales únicas.

Por otro lado, estas dos facetas unidas no impiden un equilibrio y la armonía en el espíritu de Géminis. Eso nos recuerda cómo dos naturalezas provienen de un mismo origen divino. Así, Dios parte de una sola esencia para crear al hombre y a la mujer. El principio de dualidad también se evidencia en las figuras del sol, como ente masculino que rige el día y la vida, práctico y dominante; en contra parte con la luna, asociada a la feminidad, que domina las tinieblas de la noche, seduciendo a la muerte y evocando los sentimientos.